lunes, 20 de diciembre de 2010

Reflexionando ando.

"Estoy inclinándome a pensar que la historia es cíclica, que inevitablemente siempre repetiremos la misma historia y cometeremos los mismos errores, que esto no hace que más afirmar nuestra condición humana, que cada vez que nos equivocamos sólo estamos diciendo que somos humanos, que nuestra forma de actuar no sólo está regida por la luz de la razón con la que hemos sido privilegiados sino también por nuestras emociones y sentimientos, la mayoría de las veces con mucho más poder sobre nosotros que la primera, y que será nuestra habilidad, inteligencia y determinación para vivir aquí y ahora esta historia, que en tiempos remotos ya se vivió y que en tiempos futuros se vivirá de nuevo, lo que nos hará mejores seres humanos."

jueves, 16 de diciembre de 2010

Los ángulos de la vejez. (2)

Ahora se presenta la parte difícil, ver envejecer a alguien es doloroso, sobre todo si se trata de un ser querido, y al mismo tiempo impactante, es una lección de vida en tiempo real, un recordatorio de nuestro destino, una sentencia ya dictada desde el día en que nacemos.

Todas las veces que he tenido que cuidar a mi abuela se vuelve más evidente su vejez, aunque ella lo niegue por que sabe que admitirlo significaría mudarse a la casa de alguno de sus hijos, dejar su independencia, sus plantas, sus amigas, su casa, en donde todos sus hijos nacieron. Ella sentencia con voz escalofriante que sólo muerta la sacarán de su casa y cada vez que habla de su muerte lo hace con una determinación y valentía que hace que los que estemos presentes nos volteemos a ver con dolor, con impacto también por que no esperas que alguien hable con tanta seguridad sobre su muerte, ya ha dado instrucciones sobre lo que quiere y no para el día de su muerte: no quiere llantos, no quiere flores, quiere mariachis y tequila, mucho tequila.


Y sin embargo ella vive en una dualidad de vida y muerte, quiere vivir, rasca desde lo más profundo de su ser para continuar, para seguir, sabiendo que el día llegará y ella espera, tranquila, como si estuviera sentada en la sala de su casa esperando a que el timbre suene.

No seré específica en lo que he tenido que pasar con ella, bastará con decir que ha sido muy duro, humillante para ella por depender de alguien hasta para ir al baño o tomar una ducha, muchas veces mientras la ayudo me pregunto si eso es vida, en dónde queda la dignidad humana, si de verdad vale la pena aferrarse tanto a la vida aunque no tengas fuerza ni para ponerte un zapato, mi abuela con sus acciones me dice que si, que vale la pena intentarlo pero una y otra vez tengo esas dolorosas imágenes en mi cabeza, sus enfermedades, su debilidad mental, su cuerpo marchito..... la decadencia.

Si, me da miedo esa decadencia aunque es pretensioso de mi parte pensar que todas las tengo ganadas y que es 100% seguro que llegaré a la edad de mi abuela, nada es seguro, ni siquiera el clima. Pero si llegara a pasar me pregunto si es que tendría el valor de decidir por mi misma cuando ha sido suficiente, si es que un día despierto y digo: "¡hasta aquí, no más!", ¿En qué momento se deja de vivir para empezar a sobrevivir? me atrae la idea de por lo menos tener ese poder de decisión. Veremos que decide Diana para ese entonces, yo se los haré saber.

Los ángulos de la vejez. (1)

11 am suena el teléfono, contesto, es mi abuela, tiene la respiración entrecortada y hace un gran esfuerzo por que la voz salga de su garganta, puedo oír ese esfuerzo a través del auricular y es inevitable sentir que un ejército de hormigas recorre todo mi cuerpo, de pies a cabeza, mi pecho siente una presión y los latidos de mi corazón se sienten como pisotadas fuertes, el pulso aumenta, las orejas arden.

Diana, no puedo respirar .....(jadeos)......estoy sola....(jadeos)......ven por mi, llama a alguien...(jadeos).....llama a tu tío, no puedo respirar.

Cuelgo el teléfono después de decirle a mi abuela que no se preocupe, que voy para allá, que no se mueva, que esté tranquila y si, intento tranquilizarla, pero también digo esas palabras para tranquilizarme a mi misma, tengo que oírlo, tengo que ser adulta, tengo que ser responsable, tengo que reaccionar adecuadamente.

Llamo a mi tío quien afortunadamente se encuentra cerca de la casa de su madre, me dice que va para allá, también pronuncia palabras para calmarme, pero sé que él está igual de asustado que yo.

Vuelvo a llamar a mi abuela para decirle que su hijo, el primer varón después de tres mujercitas, va en camino, pero nadie contesta.

De nuevo el hormigueo, de nuevo los latidos fuertes, un duende quiere salir de mi corazón y desde adentro lo golpea, todo pasa tan rápido, las manos son más torpes de lo usual y no pueden retener el teléfono para llamar un taxi.

20 minutos después llama mi tío para decir que mi abuela ya está siendo atendida, los sentidos regresan, la ansiedad desaparece, vuelvo a ser funcional y coherente.

Varios sustos como estos he tenido con mi abuela en los últimos meses, intentamos tomarlo con lógica, es una mujer mayor, de 90 años, aunque ella se aumente la edad y diga que tiene 91, supongo que a su edad es ya inútil intentar ocultar la edad, al contrario, ella la aumenta y la presume con orgullo ante la admiración de la gente, tiene aún fuerza (dentro de lo posible), vive sola, cocina a sus nietos, mienta madres, esconde la comida, riega sus plantas, hace mole, se pelea con los taxistas, pide prestado, habla horas con sus amigas por teléfono y es la única con la jerarquía suficiente como para regañar a todos los miembros de la familia, así se trate de su hijo de 57 años ó a su bisnieto de 5 meses.

Sólo me sé algunos pasajes de su vida, los que ella ha querido contarme, porque nunca le he preguntado sobre su vida, la mayoría de las veces es en la comida cuando empieza a hablar de su pasado, seguramente los recuerdos llegan a su cabeza y quiere dejarlos salir, quiere que su descendencia sepa quién fue ella, que hablen de ella cuando ya no esté.
Nació en Marabatío, Michoacan, vino a la Ciudad cuando tenía 7 años, siendo la mayor de 6 hermanos tuvo que cuidar de ellos desde muy pequeña, en una ocasión cuando fue a lavar ropa a uno los muchos ríos que aún existían en la Ciudad perdió a uno de sus hermanos pequeños al llevárselo la corriente, según recuerdo no pudieron rescatarlo, trabajó en una tortillería, lo que la convirtió en una experta tortillera, es la única persona que conozco capaz de dar una cátedra sobre lo que hace a una buena tortilla, a los 15 años mi abuelo, de 35, se la robó, la primera descendencia fue niña y la segunda y la tercera, después perdió a la cuarta, mi abuelo en su manía de cuidar de la bebé la tapó de más con las cobijas y la asfixió, no recuerdo el orden pero volvió a perder a otra niña por un descuido más, después vino el primer varón, luego otro y después mi madre, por último llegó otro varón. La vida con un hombre al que no conoces y del que no estás enamorada es difícil, sobre todo porque él no nunca se esforzó por enamorarte, la vida con él fue violencia, golpes, engaños, insultos, humillaciones, a los hijos también, sobre todo al mayor, al parecer mi abuelo prefería tener descendencia femenina que masculina, también junto a él la vida fue conocer cosas nuevas, debido al trabajo de mi abuelo el viaje era una constante y siempre regresaba con excentricidades de la República: tortugas, cangrejos, pescados de todos los tipos, víboras, conejos, angulas, venado, costales de fruta y verdura.
El tiempo pasó y mi abuelo murió, mi abuela decidió recibir en un sólo pago la pensión que le correspondía, lo gastó todo, regaló a todos y se quedó sin nada.
Hubo veces en la que ella tuvo que cuidarme, no fue fácil para las dos, aún no puedo ver una cuchara grande de madera sin sentir que las nalgas me arden y es que la calidez nunca ha sido uno de sus fuertes, habla fuerte, golpeado, como si ordenara, no da abrazos ni cariños, no soporta a los niños chillones y por alguna razón piensa que todo debe mantenerse en secreto. Supongo que esa falta de calidez que se espera en todo abuelo lo sustituye por platillos celestiales, jamás he comido mejor comida, jamás he encontrado esa sazón en otro lugar, ella enseñó a sus hijos y a algunos de sus nietos a comer bien, probablemente por eso más de la mitad de la familia somos obesos: nos gusta encajarle el diente a la comida. Recuerdo ser pequeña y verla frente al espejo trenzándose el cabello canoso y largo, dormir en la misma cama y en la madrugada escucharla entre sueños prender el encendedor para fumar un cigarrillo, también recuerdo la marca: Raleigh, recuerdo el sonido del tabaco al quemarse y a mi abuela exhalando el humo de tabaco.

A los 70 años se le declaró diabética y casi dos años después estuvo a punto de perder la pierna derecha cuando se cayó de unas escaleras. Comenzó a asistir a grupos de la tercera edad en donde pudo conocer gente con la que se indentificaba, a la fecha sigue sin faltar un sólo día, dice que es su motor, que volvió a nacer.

Pero el tiempo avanza, a veces a una velocidad muy alta y no se detiene ante nadie nos lleva a todos entre las patas y cuando menos te das cuenta las cosas cambian.

Continuará.....

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Pedro Páramo ya no vive aquí.


Viajar, nadie debería vivir sin experimentarlo, pasará el tiempo, envejeceremos y la ruta del camino que seguimos en busca de algo "más" siempre se quedará con nosotros. Visitar un lugar y quedarnos prendidos de él lo puedo comparar con enamorarse, hablo del amor verdadero, o por lo menos con lo que yo creo que es el amor. Este amor puede surgir en dos formas:

1: Amor a primera vista, te identificas con lo que tus ojos tienen enfrente, quieres hacerlo tuyo, quieres comértelo con la mirada, que entre completo por tu iris y pase directamente al corazón. Yo diría que es el más fácil tratándose de un lugar pero si se trata de una persona es también el más peligroso.

2: No conoces lo que tienes enfrente, es posible que lo rehuyas, que pienses que se ha tratado de un error, da miedo pero si mantienes tus sentidos abiertos es posible que el amor brote, que te seduzca y entonces caigas, siempre volverás, ya sea físicamente o en memoria pero siempre volverás. Esta segunda forma, a pesar de ser la más difícil porque requiere paciencia, inteligencia, disposición y sentidos al 100%, es la que más me gusta, por que si se conquista valdrá la pena y se atesorará un poquito más.

Un español viaja a México en busca de Pedro Páramo y se encuentra con algo distinto, trata de describir las cosas como son y en ese mismo intento quiere decir porqué a pesar de todo ha quedado prendido de México, porqué a pesar de la delincuencia y del caos en la Ciudad de México es imposible no querer regresar, qué hay en San Cristóbal de la Casas que lo emociona a pesar de no ser bien recibido por las etnias que ahí habitan, cómo fue que en busca de Comala, el pueblo de Pedro Páramo, encontró un lugar completamente distinto. Es una crónica de viaje con hadas y pobreza , con duendes y discriminación, con magia y olvido, con peyote e historia, eso es México.

Dos pares de ojos siempre verán algo diferente aunque estén dirigidos hacia el mismo punto. A los ojos de los demás siempre seremos diferentes de nuestra propia percepción y esas otras percepciones pueden develarnos otras realidades, como una luz que se enciende para mostrarnos otro ángulo de nosotros mismos que no conocíamos o que habíamos olvidado. Al leer este libro me sentí como una intrusa, Paco Nadal le cuenta a sus conacionales españoles lo que el ve y vive en México y yo me entero de eso, me queda claro que su amor a México es el de la segunda forma, lo conoció, lo sufrió, lo cuestionó y decide quedarse con él. Descubro y recuerdo al país en donde nací y en donde he decido quedarme mientras quiero tomar mi mochila de viaje para descubrir con mis propios ojos si Pedro Páramo ya no vive aquí.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Entrevista de Trabajo, just give me the fucking job!!

Diana: Buenos Días (sonrisa de oreja a oreja)
Entrevistadora: Hola, pasa, siéntate por favor.
Diana se sienta en un banco de plástico amarillo sin respaldo, mobiliario siempre distintivo de las taquerías. Diana recuerda los consejos sobre cómo comportarse en una entrevista de trabajo, psicología básica mi hermano!! no en balde se chutó los 3949587 episodios de Lie to me, Dr. House y uno que otro consejo de Gaby Vargas: mira siempre a los ojos, sé espontánea, mantén las manos sobre la mesa, mira a los ojos, habla pausadamente pero no tan lento porque tu capacidad cerebral se pondrá en duda, sonríe, habla de tus capacidades y cualidades pero no presumas.
Entrevistadora: Mmm....Diana Constanza Chaser, ¿Cómo te gusta que te llamen Diana ó Constanza?
Diana: como os gustéis, no importa (siempre la misma pregunta, ya lo superé!!, Constanza era como me llamaba mi madre cuando descubría mis travesuras ¿y qué?)
Entrevistadora: Te puedo hablar de "tu" (jajajajaja, no mames!! creo que soy más vieja que tu!!)
Diana: Ah si, claro (venga, venga, suelta las pinches preguntas, estoy lista!!)
Entrevistadora: ¿Cuántos años tenemos? ( jajajaja ¡Ah! no entiendo, esta manía que tenemos de no querer escucharnos tan duros ó groseros cuando viene la ocasión de hacer preguntas directas)
Diana: 26.

Varias preguntas intracendentes después.....

Entrevistadora: ¿Cuál es tu grado máximo de estudios? (nótese que en el Currículum de Diana se podía leer que el grado máximo era la preparatoria)
Diana: Mmmm....(Diana duda, Diana no sabe qué decir, Diana se remonta a su infancia cuando intentaba mentir a su madre para salvar el pellejo pero le era imposible porque la mirada inquisitiva de su madre no la dejaba lograrlo, su método para mentir es muy sencillo: miente una vez, si se requiere mentir dos veces sobre el mismo asunto ó la pregunta vuelve a ser formulada entonces es momento de decir la verdad, no sabe que la constancia, precisamente eso, es lo que hace a una mentira exitosa, se debe mentir, mentir y volver a mentir, tener la mirada fija, la voz firme, pero ¿Qué se le puede hacer? pobre Diana ó Constanza, como os gustéis, no lo ha superado, no sabe mentir la muy inocente, la pobre pendeja, asi que....) mmm....(pos que chingados) bueno, en realidad tengo una licenciatura, pero no lo puse por que eso espanta a la gente, no sé porqué pero así es, si postulas para un trabajo y tu grado de estudios es superior al que ellos solicitan ello significa una mala puntuación.

Silencio, la Entrevistadora disimula, hace anotaciones en el Currículum de Diana, Diana se da cuenta, intenta leer las palabras escritas pero la entrevistadora (pinche mamona) tapa con su otra mano el pequeño escrito, como si fuera un examen, como si Diana le fuera a copiar, como si fuera Top Secret, Diana sube inmediatamente la mirada, intenta obtener información de la cara de la entrevistadora, la escudriña, la mira directamente a los ojos, pero nada (maldita sea!)

Entrevistadora: Hablemos de tu experiencia laboral, veo que trabajastes (sic.) en provincia, ¿cierto?
Diana: Si, casi por dos años (ora si viene lo bueno, es la hora de levantarse el cuello)
Entrevistadora: Y¿Porqué decidiste regresar a la ciudad?
Diana: Bueno, renuncié a mi trabajo y me dediqué a viajar (a huevo, ya chingué! con esto va a saber que soy interesante)
Entrevistadora: (levanta el ceño ligeramente y lo baja inmediatamente, sabe que Diana la observa) ¿viajaste? ¿a dondé? cuéntame ( y dale con las pinches frasecitas de psicología!)

Diana comienza, le brillan los ojos, incluso parece que su tono de voz se ha elevado por la emoción, cuando termina su boca vuelve a mostrar una sonrisa de oreja a oreja, sólo que esta vez es sincera, de corazón, se le hincha el pecho de orgullo por su aventura.

Una vez más silencio. Más pronto que tarde Diana se recuerda a si misma que esto es una entrevista de trabajo, que tal vez esta anécdota no sea tan importante.

La respuesta vendrá unos minutos después cuando la entrevistadora pregunta a Diana ¿Qué pasaría si se te presenta un viaje, dejarías el trabajo? (oh chinga, ¿ya vamos a empezar?)

Diana: No, eso ya no puede ser porque ahora mis metas son otras, ahora quiero tener un patrimonio y para eso debo ahorrar. (ay aja!)

Entrevistadora: ¿Haz intentado buscar trabajo relacionado con tu carrera?
Diana:(Uy! golpe bajo! qué chingados le importa, estoy aquí ¿no? postulándome con uds.) (Esta vez la pregunta es formulada sólo una vez así que Diana miente sin inconvenientes) Si, pero no he logrado encontrar algo, no tengo la experiencia que solicitan y decidí empezar desde abajo, quiero crecer en esta empresa.
Entrevistadora: ¿En que área te interesaría crecer?
Diana: Pues administración, compras, ventas......administración! (Diana levanta la manos y las sacude como si quisiera decir, ¡obvio, coño!
La Entrevistadora suelta una ligera sonrisa incómoda, más por querer crear un ambiente de tranquilidad que por empatía con Diana, pero esta vez es claro, Diana pudo identificar esto al observarla.


Entrevistadora: ¿Cuáles son tus pasatiempos?
Diana: Leer, cine, música, películas, ah no eso ya lo dije, mmm....me gusta co-co-cocinar (Diana quería decir comer pero ya estaba en bastantes problemas como para seguir cavando en el hoyo, además de vaga, pata de perro ¿también tragona? no señor, Diana no le iba a dar ese gusto al destino y además si te gusta comer muy probablemente te gusta cocinar, asi que para el caso es lo mismo)
Entrevistadora: Ahora quiero nos digas porqué debemos contratarte a ti y no a los demás postulantes. (osea, no mames, ni que estuviera postulando para ser presidente de México, nadamás voy a vender pinches libros!!)
Diana: (Demasiado vergonzoso como para reproducirlo, básicamente Diana dijo lo que todo mundo dice cuando le toca hablar bien de uno mismo, quién es bueno para hablar bien de uno mismo, nadie, a menos que tengas el ego a todo lo que da)
Entrevistadora: Algo que nos quieras decir por último...
Diana: Si, elíjanme!

miércoles, 1 de diciembre de 2010

No hay rock que dure 100 años, ni generación que lo resista.

Recuerdo haber sostenido una charla con un amante del rock (género tan diverso como diversos son los géneros literarios)quien al calor de las copas comenzó a sentenciar lo podrida que mi generación estaba, musicalmente hablando, por no contar con un Mick Jagger ó con un John Lennon, tu generación, decía, no tiene nada, no sabe de la buena música, en cambio mi generación (tiempo después supe que en los años dorados que él tanto presumía haber vivido él apenas dejaba la bacinica para incorporarse al mundo adulto del inodoro)ha sido la más prolífica en cuanto a música, los pinches grupitos que ustedes tanto siguen no les llegan ni a los talones de los grupos de MI generación, en todo momento resaltó ese MI, MI generación, MI música. No fue nada agradable soportar a aquel tipo, rojo de borracho, con los ojos completamente fuera de órbita, intentando darme una "lección" sobre buena música, diciéndome lo que el 99.99% de la gente que medianamente gusta de ese controversial género llamado "Rock" sabe y lo digo sin afán de mamonear, ya sea por verdadero interés, cultura general ó por sobre explotación en el mercado hay ciertas cosas y personas que nuestra mente identifica automáticamente,si cabrón ya sabemos de Los Beatles, si Jimi Hendrix le daba recio a la guitarra, si ya, Led Zeppelin es esencial, el Rey Lagarto, La Bruja Cósmica, Su Satánica Majestad, Elvis la Pelvis, uta!

En aquel entonces yo contaba 17 primaveras en mi calendario biológico y es justo ahora, casi diez años después, cuando recuerdo aquella anécdota, ¿la razón?, señoras y señores: envejecí, dejé mi sufrida adolescencia para pasar a ser lo que ahora se le llama "adulto joven" y creo que mi momento ha llegado, yo, a mis 26 años, empiezo a quejarme de la música que oigo en la radio. Ttttsssss!!! gacho!

No lo puedo evitar y al mismo tiempo cada vez que me quejo, cada vez que digo que en mis tiempos se escuchaba buena música, cada vez que me emociono cuando escucho A.D.I.D.A.S de Korn y la nostalgia me llega y me pregunto ¿porqué ya no hacen música de esta?, la imagen de aquel borrachín rockero me rebota mil veces en la cabeza.

No estoy diciendo que Korn sea la mejor banda de rock que jamás haya existido, me gusta, crecí con esa música, mis primeras borracheras fueron con sus canciones, por eso me permito tomarlos como ejemplo, por eso y porque se acercan a la definición personal que tengo del rock: guitarras, gritos que te salen de la panza, tu mamá diciéndote: ¿eso es música?, batería, música que sólo puede ser escuchada a muy altos niveles de volumen, acordes que sientes que te están retando,que te dicen "a ver cabrón lléguele, métase a los putasos". Esto es lo más próximo que tengo para definir el rock, tan subjetivo como todas las demás definiciones pero que en este momento choca con la mayoría de la música que se escucha. Osea como que mucho sintetizador ¿no?, mucho estilo disco, mucho sonidito laser. Muchos me dirán que es la evolución de la música, los gustos cambian, los sonidos, las formas de expresión, estoy de acuerdo pero no dejo de pensar que se abusa de eso, de vez en cuando hace falta un buen sacudida de cabeza al ritmo de System of a Down por ejemplo.

¿Se han dado cuenta que he mencionado dos grupos que han tenido buena posición en el gusto de la gente? bueno pues ya ni a esos los ponen en la programación de la radio!! osea que ya ni pensar en Black Sabbath ó algo por el estilo.

Reconozco que la oferta tampoco es tan variada que digamos y que si la demanda, osea los "chavos" piden más sintetizador, más "indie" pues eso tendrán, las disqueras no se andan con mamaditas y se van a ir a lo seguro.


También reconozco que mi generación no tuvo la suerte de tener un Roger Waters ó un Bob Dylan, tenemos (¡ah chinga, suena a manada!) un Billy Corgan, un Eddie Vedder, un James Hetfield, un Zack de la Rocha, si eso dice algo, ¿y ahora?, ¿estamos en un declive?, no me gustaría pensar eso porque se escucha viejo, reticente al cambio y más que choteado.

Al final todo esto se trata de una vieja melancólica que se ha quedado en el pasado, con sus discos de Green Day (el de antes, no el de ahorita), Offspring, Dead Kennedys, Red Hot Chilli Peppers y un largo etcétera y que en las borracheras cada vez que puede se acerca a un adolescente descuidado para decirle: "tu generación no sabe de la buena música".

P.D. Toda la disertación musical ofrecida por aquel individuo pasado de copas esa misma noche se fue doblemente al caño cuando en cinco ocasiones solicitó el éxito ochentero "viviendo de noche" de veni, vidi, vici. :)